En Balumba nos gusta hablar de las últimas tecnologías, de Apps, de cualquier innovación que pueda suponer una mejora en nuestras vidas y por supuesto de coches. Hace poco se dio el caso de que a uno de nuestros redactores se vio en una situación atípica: Al mismo tiempo se quedó sin WhatsApp en su smartphone y sin coche. ¡Horror! Adiós vida social, cotilleos, información e imágenes graciosas, pero también adiós a viajes, salidas, forma de transporte para ir al trabajo, etc… ¿o no? En este post hemos querido registrar cómo sería nuestra vida sin dos cosas que parecen esenciales para el mundo moderno: El WhatsApp y el coche. Por eso nos hemos propuesto convertirnos en unos Samanta Villar de la vida y compartir con todos vosotros la experiencia que supone estar 24 días sin WhatsApp… y sin coche.
Los hechos: Cómo quedarse sin WhatsApp y sin coche
Tenemos que decir que la idea de hacer este experimento nos la brindó la casualidad. Podríamos haber desactivado los datos de un Smartphone durante esos 24 días o aparcar el coche y dejarlo ahí hasta que concluyera el experimento, pero la oportunidad nos vino en el momento que el móvil de nuestro redactor se escacharró (momento épico arruinado 😉 ) y cuando en la misma semana el vehículo tuvo que pasar por el taller. No vamos a decir marcas, pero tras llevar el móvil al servicio técnico, el terminal, que estaba en garantía fue enviado a la central de reparaciones. Los técnicos calcularon un plazo de aproximadamente 30 días para que estuviera de vuelta. En un primer momento a nuestro redactor se le pasaron mil cosas por la cabeza, y la primera fue ¡voy a quedarme sin WhatsApp! La segunda fue buscarse un móvil de sustitución, pero he aquí que el que le dejaron (un amigo, por cierto), era un smartphone antiguo cuya versión de WhatsApp había sido retirada de los mercados de Apps.
Paralelamente su coche hacía un ruido extraño y no se le encendían algunos pilotos. Lo dejó en el taller (que es lo que hay que hacer en estos casos) para darle un diagnóstico. La situación estaba ahí, sólo había que aprovechar para empezar con nuestro experimento.
24 días sin WhatsApp
24 días: 576 horas, 34.560 minutos, 2.073.600 segundos sin WhatsApp. Hay quien lo vería como una verdadera tortura y más de uno lo contemplaría como una bendición. Ahora mismo, por ejemplo, mientras escribimos este artículo el móvil (ya con la App instalada) ha sonado casi media docena de veces: 2 notificaciones de correos recibidos, 1 interacción de Twitter y 7 WhatsApps… y eso que es una mañana tranquilita.
Efectos de estar sin WhatsApp: Campana de Gauss
Estos 24 días podrían dividirse en 3 periodos de 8 días (una semana larga). Los efectos de estar sin WhastApp son varios pero no los mismos a lo largo del tiempo. Gráficamente se experimenta un efecto parecido a una Campana de Gauss en lo que hemos denominado “curva de la felicidad”, que hace que un efecto sea leve al principio, experimente en su fase media un alza para que después la cosa vuelva a la tranquilidad inicial. Vamos a verlo.
Semana 1: El pánico
A nuestro redactor al principio, ¿por qué negarlo?, le entró canguelo. ¿Qué iba a hacer sin WhatsApp? ¿Tendría que volver a los clásicos SMS? ¿Y cómo, si su moderna tarifa de teléfono no incluía los mensajes de texto de toda la vida? Tras la tormenta vino la calma. Los WhatsApp deberían ser sustituidos por llamadas. A partir de ahora el teléfono sólo se usaría para llamar ¿qué cosas, verdad? Pero este es el momento de introducir otro elemento en nuestra historia: Al haber cambiado de móvil, la agenda estaba completamente vacía. Sin WhastApp y recopilando números como pudo, nuestro redactor pasó su primera semana más o menos de forma poco cómoda.
Semana 2: La vida monacal
La segunda semana fue la de la tranquilidad. Al no tener WhatsApp en el móvil (ni prácticamente ninguna App que requiriera Internet), el móvil sólo sonaba para llamadas. A lo largo del día lo normal era recibir un máximo de 3 llamadas espaciadas en mañana, tarde y noche. Al mismo tiempo el teléfono era utilizado para llamar, no más de otras 3 llamadas. Esta escasa actividad telefónica hizo a nuestro redactor poder prestar más atención a otras cosas. Confiesa que la tranquilidad en su casa era total. Vida monacal, sin tener que estar escuchando el tono de WhatsApp en el móvil cada dos por tres. El móvil dejó de ser el centro del día a día, en una ocasión incluso salió de casa sin él. Toda una experiencia que no estamos muy seguro de que quiera repetir 🙂
Semana 3: Consecuencias
Pero toda acción tiene una reacción. La aparente tranquilidad que daba estar semanas sin WhatsApp era eso, sólo aparente porque mientras, aún al aparecer en el estado sin conexión durante semanas, había muchas amistades que no sabían que el sujeto del “experimento” se había quedado sin WhatsApp. Esto derivó en algunos enfados por parte de los no enterados, que cuando veían en persona al redactor le soltaban un “¿tú qué pasa, que no respondes los WhatsApp?”. Esto ocurrió un buen número de veces. También el número de eventos, salidas y reuniones sociales a las que el sujeto asistió disminuyó considerablemente. Además, a la hora de quedar todo se hacía más difícil, desconociendo para colmo noticias o informaciones útiles para la vida diaria o para su trabajo.
En un momento dado se llegó a pensar que cuando recuperara el móvil y le volviera a instalar WhatsApp, la cantidad de interacciones pendientes bloquearía el teléfono entre imágenes, sonidos, vídeos y mensajes acumulados a lo largo de esos 24 días. En algunas estimaciones, la actividad de grupos, seres muy directos y demás se cifraba en varios miles de mensajes pendientes. No fue así. Porque inteligentemente para evitar colapsos en terminales, WhatsApp va eliminando los mensajes no vistos en grupos (la mayor fuente de tráfico de información de WhatApp) tras algunos días. Concretamente alrededor de unas 72 horas. Eso sí, las conversaciones individuales se mantienen, por eso cuando se volvió a activar el WhatsApp en el Smartphone el resultado fue de 34 conversaciones pero “sólo” 551 mensajes.
En el caso del coche la cosa fue mucho más rápida. A los 2 días el coche ya tenía diagnóstico y fue reparado (es es una de las ventajas de tener el seguro del coche en Balumba, como la libre elección de taller) En esos 2 días el empleado utilizó la bicicleta como medio de transporte para venir a la oficina… lo que ocurrió es que cuando por fin fue a volver a coger el coche el experimento ya estaba en marcha, por lo que decidió no utilizar su auto hasta que le dieran de vuelta su smartphone con el WhatsApp. ¡Todo por la ciencia!
El hecho de coger la bicicleta durante 24 días seguidos significó varias cosas: La más inmediata fue que adelgazó 2 kilos sin hacer ningún tipo de dieta. La distancia que separa su casa del centro de trabajo es de unos 25 minutos en bicicleta, por lo que a la semana (contando la ida y la vuelta, es decir, 50 minutos diarios) hay que multiplicarlo por los 5 días laborables: Lo que nos da 250 minutos, esto son 4 horas y 10 minutos. Como ir al gimnasio. El gasto de gasolina, por supuesto, se frenó. Esto le supuso no tener que repostar en un mes, con lo que se ahorró los cerca de 70 euros que le cuesta llenar el depósito.
Pero no todo fue positivo. Al no tener coche hay que tener en cuenta que el esfuerzo de ir en bici le suponía en jornadas calurosas llegar sudando. Esta circunstancia la solventó llevando una toalla y una camiseta de recambio. Algo que le costó más trabajo fue ir un fin de semana a la playa ya que tuvo que buscarse a algún amigo que le llevara. Sí, si hacemos el experimento lo hacemos bien 😎 . La compra de casa la tuvo que hacer en sitios distintos y en menos cantidades, porque sin coche no podía cargar con todas las bolsas. También hubo quien le criticó por no tener coche y no entendió porqué no lo cogía, pero ya se sabe que la ciencia siempre ha tenido enemigos…
Conclusiones: Ni contigo ni sin ti
La conclusión que podemos sacar tras estar 24 días sin WhatsApp y sin coche es la que encabeza este párrafo. No debemos tener dependencia de una herramienta llamada a hacernos la vida más fácil como es el WhatsApp pero estar varios días sin él puede afectar realmente a nuestras relaciones sociales. En cuanto al coche, es algo fundamental en la vida de muchos, pero cogerlo menos o sólo para lo necesario puede ser positivo para nosotros. Como una vez bien dijo un sabio (no sabemos qué sabio exactamente), en el término medio está la virtud. Sería una tontería negar el potencial de WhatsApp, pero no debemos olvidar que las verdaderas relaciones se cultivan a diario. Y nadie quiere quedarse sin coche, pero no estaría de más probar a cogerlo menos.
POR CIERTO: En nuestro blog ya planteamos una pregunta que está muy relacionada con uno de los temas estudiados: ¿Descargar WhastApp o Telegram?
Y hasta aquí el resumen y guía de cómo sobrevivir 24 días sin WhatsApp y sin coche. En los seguros de coche Balumba esperamos que este articulo os haya resultado útil o por lo menos curioso, y que si queréis compartáis con nosotros vuestras experiencias. ¿Alguna vez habéis estado tanto tiempo sin WhatsApp? (y no vale cuando teníais 10 años 😉 ) ¿Os parece que estamos demasiado enganchados a esta App y que descuidamos las verdaderas relaciones personales,o por el contrario estáis encantados con un medio de comunicación que permite mantener el contacto con personas que antes sólo podías ver muy ocasionalmente? Y a propósito, ¿de qué dependéis más, del coche o del WhatsaApp? ¡Esperamos tus comentarios!
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