Hoy en Balumba nos atrevemos a viajar en el tiempo. Justamente al año 1983, un tiempo pasado y entrañable en el que muchos de vosotros ni siquiera habías nacido (y muchos de nosotros tampoco 😉 ). De la mano de la mítica revista del motor Motor 16 nos subimos a la máquina del tiempo y la nostalgia para comprobar cómo era el coche del futuro para las personas en el año 1983 ¿Se corresponderá con lo que tenemos hoy? ¿Habrán acertado con alguna tecnología que las mentes pensantes de 1983 quisieron vaticinar? Responderemos a esas preguntas en este artículo: El coche del futuro en 1983. Súbete al Delorean del doctor Emmet Brown que ya estamos fijando la fecha en el panel de mandos. 19 de noviembre de 1983… ¡allá vamos!
Cuéntame cómo conduciremos
Como hemos dicho, la fecha en la que aterrizamos es 1983. Para que nos hagamos una idea en ese momento todo un Porsche 924 costaba 4 millones de pesetas, es decir, poco más de 24.000 euros (¡ains!), en el número 4 de la revista Motor 16 por sólo 150 pesetas podías encontrar un artículo llamado “Ya está aquí el coche del futuro”, con perlas como “Usted se limitará a mover el volante, todo lo demás correrá a cargo de un ordenador que adaptará el coche a las condiciones de la carretera”. En realidad con las maravillas que vendrán con el coche automático los redactores de Motor 16 no estaban muy desencaminados. Donde sí que erraron el tiro pero por completo fue en la fecha en la que tendríamos aquí “el coche del futuro”, ya que aventuraba que en “No es un sueño, dentro de 10 años usted tendrá uno así”. Si tenemos en cuenta que hablamos de 1983 y le sumamos 10 años nos sale 1993. Nos parece que en ese año este coche del futuro al final le dio por NO aparecer ¿Vosotros lo visteis? Porque nosotros no.
Las tecnologías del futuro para el pasado
¿Llaves de rayos láser, asientos que se amoldan a nuestro cuerpo? ¿Una pantalla derivada de la NASA que sustituye los espejos retrovisores y que permite ver TODO el exterior de nuestro vehículo?… Unas características y tecnologías que además estaban pensadas para todos los coches en serie, no para algún prototipo. Estas increíbles prestaciones suenan a un futuro aún más lejano todavía que el presente, así que no digamos nada de 1983, por lo que tristemente estos pronósticos se han quedado un poco en agua de borrajas. Sin embargo, aunque algunos elementos del supuesto coche del futuro hoy nos hacen sonreír, el artículo de Motor 16 habla de tecnologías para el coche que están hoy en boca de muchos. Radares antichoque, sistemas antibloqueo o un autocontrol del cansancio del conductor eran alguna de las promesas del coche del futuro de 1983. Estas tecnologías son hoy las apuestas en I+D de muchas marcas de coches.
Otros ejemplos de un futuro que se hizo presente
Lo que le sucedió a la revista Motor 16 en 1983 es como esas obras de ciencia ficción futuristas que ponen un año que en ese momento se antoja muy lejano, pero que como dice la película “Cuando el destino nos alcance” (Richard Fleischer, 1974), al final el tiempo pasa y esos años “nos alcanzan” y se quedan atrás. Es lo que ocurre con “2001: Una Odisea en el Espacio” (Stanley Kubrick, 1968), o con la famosa obra de ciencia ficción “1984” (sólo un año después de nuestro año en el que analizamos el «coche del futuro»). «1984» es una novela de George Orwell que escribió en 1949. Lo mismo sucederá en la mencionada película “Cuando el destino nos alcance”. En el recomendable film protagonizado por Charlton Heston la acción transcurre en el año 2022. Un año que también superaremos algún día.
¿Te ha gustado el artículo? ¿Ha conseguido despertar tu curiosidad o tu nostalgia? ¡Déjanos un comentario! Esperamos que lo hayas pasado bien leyendo sobre el coche del futuro en 1983. ¿Y tú, dónde estabas en el 83?… nótese el homenaje al eslogan publicitario de American Graffiti (George Lucas, 1973), que rezaba “¿Dónde estabas en el 62?”, madre mía, qué cinéfilos estamos hoy 🙂 En cualquier caso, cinéfilo o no, te invitamos a conocer los seguros de coche que en Balumba tenemos para ti. Averigua cuál es el tuyo y dale una alegría a tu yo del futuro 🙂
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