Los coches automáticos son poco habituales en países como España, donde predominan los automóviles con cambio manual. Si estás pensando en adquirir un coche automático y tienes dudas sobre cómo será conducirlo, te recomendamos seguir leyendo.
La mayoría de los conductores, acostumbrados a los coches de cambio manual, suelen tener dificultades con el pie izquierdo cuando conducen un coche automático. Tenemos grabado en la mente el hábito de que con el pie izquierdo, que es el que maneja el embrague en los coches manuales, debemos pisar hasta el fondo. Por eso, al cambiar a un coche automático, que carece de pedal de embrague, podemos caer en el error de hacer lo mismo, solo que estaremos pisando el freno y daremos grandes frenazos.
Otro aspecto a considerar es la palanca de cambios. Dependiendo del automóvil podemos encontrar más o menos posiciones, pero las básicas son:
- P, de parking, para inmovilizar el vehículo cuando ya está parado.
- R, la marcha atrás.
- N, para el punto muerto o “neutro”.
- D, de drive, para la marcha.
Además de estas podemos tener otras como 2, 1, D3, D4, S y DS, que equivaldrían en cierta medida a las marchas manuales (2, 1 y D3 serían marchas cortas y S y DS para alcanzar velocidades mayores).
Al montarnos en un automóvil automático debemos accionar el pedal de freno, arrancar el motor, seleccionar la posición D e ir retirando el pie del pedal de freno mientras el coche comienza a moverse. La posición D es la habitual para la marcha, pero según las circunstancias puede interesarnos cambiar a otra posición.
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Foto | Lady Madonna
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