¡Verano! Tiempo de, si vives en España, repetir hasta la saciedad «¡Qué calor!». En casa, en la calle, en el coche… el calor nos persigue por muchos aires acondicionados que encendamos o duchas con agua fría que nos demos (que por cierto, no son del todo recomendables, al final del artículo explicaremos el porqué). En Balumba hemos pensado en estas circunstancias y hemos decidido averiguar cuál es el sitio más caluroso del mundo conocido y cuál, por refrescarnos un poco, el más frío. Allá vamos:
El lugar más caluroso de la Tierra
El sitio en el que más calor hace de toda La Tierra es El Valle de la Muerte. El nombre parece que le viene ni que pintado. Este lugar se encuentra en el desierto de Mojave, al este de Californa. Para que te vayas haciendo a la idea de cuánto calor puede hacer allí, el 10 de julio de 1913, el termómetro marcó… redoble de tambores… 56,7 grados. Sí, has leído bien, 56,7 grados.
Igual para vivir no tiene tantas ventajas (sólo que las visitas impertinentes durarían muy poco), pero para los turistas es un lugar interesante, siempre, eso sí, bien provistos de agua y gorras o elementos que nos protejan la cabeza del sol. Los que busquen experiencias calientes serán bienvenidos en El Valle de la Muerte. Por cierto, todos los que vayan tendrían que tener la Asistencia en Viaje contratada con su seguro, aquí no hay mucho debate.
El lugar más frío de la Tierra
Al contrario de lo que pasa en El Valle de la Muerte, en Oymyakon encontramos el lugar más frío de nuestro planeta. Aunque podamos pensar que el lugar «más fresquito» de la Tierra se tiene que encontrar en el Polo Norte, lo cierto es que se encuentra en Rusia. ¿Hablamos también de datos? En 1926, se registraron 71,2 grados bajo cero en Oymyakon, convirtiéndose en el lugar más frío del mundo. Si en la cama te tapas con la sábana incluso en verano, descarta este lugar para tus vacaciones.
Lo más curioso de este lugar es que vive gente allí, un total de 2.300 personas cuyo mayor miedo debe de ser el congelarse. Allí el combustible, por ejemplo, se congela de forma habitual, con lo que eso supone. Su invierno, como un parto, dura nueve meses.
Las duchas en verano
Y llegamos a lo que seguro que estabas esperando desde el inicio del artículo, la explicación de por qué las duchas frías no son del todo recomendables en verano. La cosa va de sensaciones. Al darnos una ducha fría para combatir el calor, lo hacemos durante el tiempo que estamos bajo el agua pero, al salir, la sensación de calor es aún mayor. ¿No te has preguntado nunca que por qué sudas nada más salir de la ducha? La razón es simple, si te duchas con agua fría, al volver a la cruda realidad, la sensación de calor es mayor que si lo hicieras con agua templada (que tampoco consiste en ducharse con agua caliente en verano). La virtud, como siempre, reside en los términos medios. Como, por ejemplo, en los seguros de coche de Balumba una mezcla perfecta de calidad y precios bajos.
Fuentes: BBC, Tiempo.com, Planeta Curioso, El País, Muy Interesante.
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