El clima no solo te cambia el estado de ánimo, también es un factor importante cuando te sientas al volante. Más allá de los problemas físicos que puedan suponer para el coche, como que las ruedas patinen y mantenerse en la carretera sea todo un reto, conducir con mal tiempo puede favorecer la fatiga.
Desde Balumba ya te hemos comentado algunos hábitos para la conducción, y ahora queremos recordarte algunos motivos por los que pueda surgir la fatiga para tratar de evitarla.
Al mal tiempo, buena fatiga
Uno de los principales motivos es el clima. Lluvia, niebla, nieve o fuerte viento, por ejemplo, son factores que hacen que tengas que mantener un nivel alto de atención y aumente la fatiga.
Uno de los consejos para conducir con mal tiempo es, precisamente, no conducir. Siempre que sea posible es mejor dejar el coche aparcado cuando el clima está rebelde. En caso de no tener más remedio, lo preferible es hacer trayectos cortos para no tener que mantener una atención elevada durante mucho tiempo.
Evitar carreteras muy transitadas
Seguro que más de una vez has conducido por el trayecto más corto a pesar de que tenía más tráfico. Psicológicamente se tiene la idea de que así llegaremos antes a los sitios, pero se queda olvidado un factor importante.
La densidad del tráfico, y las constantes paradas y retenciones, hacen que tengas que aumentar la atención al máximo y esto provoca que la fatiga también aumente de nivel.
El vehículo también afecta
Las condiciones de tu coche también pueden pasarte factura a ti como conductor y contribuir a que aumente la fatiga:
- La ventilación: Esto puede aumentar las temperaturas y, con ello, el cansancio del conductor.
- El alumbrado: Conducir por la noche es uno de los grandes potenciadores de fatiga porque la concentración en la carretera es máxima. Si además no cuentas con una buena iluminación, esta atención se multiplica y tu situación como conductor se verá marcada. Si no puedes evitar conducir de noche, por lo menos tendrás que asegurarte de que los faros no te jugarán una mala pasada.
- Mal estado del coche: Asiento en malas condiciones, ruidos y temblores en la conducción, problemas con la suspensión… todo suma para afectar a la conducción y aumentar la fatiga y el estrés de quién esté al volante.
Parada en boxes
Además de que conducir con mal tiempo puede favorecer la fatiga también surgen los problemas si no se descansa lo suficiente. Las paradas en trayectos largos son necesarias para que relajes la tensión de la conducción. No descansar bien es uno de los principales motivos por los que surge la fatiga.
Evitar la fatiga como clave para el conductor
En general está en tu mano combatir la fatiga partiendo de las claves que la fomentan:
- No tener el descanso que necesitas, o que este no sea suficiente.
- Evitar aquello que te dificulte la conducción y que te obligue a aumentar la concentración para circular. Uno de estos motivos es conducir con mal tiempo.
- El aumento de la monotonía o de la tarea que estés haciendo. Si siempre vas por el mismo sitio y haces exactamente lo mismo, tu actitud como conductor se verá afectada.
Y tú, ¿cómo evitas la fatiga?
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