La tecnología avanza y, con ella, la seguridad y la comodidad de conducción. Cada día son más los sistemas de ayuda al conductor destinados, algunos de ellos, a evitar colisiones causadas por error del conductor y, otros, para facilitarnos ciertas tareas, como por ejemplo el aparcamiento asistido (localización y aparcamiento automático en algunos casos). Ya es también habitual y parte del equipamiento de serie de algunos vehículos el control de velocidad adaptativo que evita colisiones por alcance en carretera o ciudad y, según sistemas, frena y reanuda la marcha de forma autónoma.
Los sistemas de control de ángulo muerto del vehículo también son de gran ayuda, nos avisan de que otro vehículo está en esa zona donde los espejos no nos lo muestran y, en algunos casos, nos corrige la dirección si pretendemos cambiar de carril. De esta última forma también actuarían otros sistemas si pisáramos la raya continua de la vía. Estos son algunos ejemplos de los sistemas de ayuda al conductor que existen actualmente, son muchos, y no he nombrado los de infoentretenimiento.
El futuro de la movilidad automotriz está cada vez más cerca de la conducción autónoma y cero accidentes. Los automóviles son más inteligentes y cuentan con una gran cantidad de sistemas sensoriales y de tecnología. Coches convertidos en centros de datos que perciben información de su entorno y que también la emiten a otras partes, se están convirtiendo en robots con inteligencia propia y con capacidad de actuar. Y es con lo que Bosch y otras marcas están trabajando para esto.
Mercedes-Benz, por ejemplo, incorpora ya en sus modelos de gama más alta y en opción en otras, un sistema que evita incorporarse a una vía en sentido contrario, hasta el punto de corregir la dirección y frenar el vehículo.
GM también está desarrollando otro sistema de conexión vehículo-peatón o ciclista a través de Wi-Fi Direct (Smartphone-vehículo) que alerta y actúa con frenado automático si fuera preciso para evitar atropellos.
Toyota esta realizando en Japón pruebas con un sistema que permite una conexión entre personas-vehículos y entornos de tráfico, este proporciona al conductor información visual y sonora sobre el estado del tráfico en las proximidades y de incluso alertar al conductor de que el semáforo va a cambiar de estado.
En un futuro habrá comunicación entre vehículos que alertarán en las proximidades de un cruce de que otro también se aproxima y que podrían efectuar de forma autónoma el frenado de un vehículo.
Audi también ha realizado pruebas de conducción autónoma en ciudad o mediante una aplicación en un teléfono inteligente, al dejar nuestro vehículo en la entrada de un parking este se estacionaría de forma automática sin tener que preocuparnos en buscar una plaza de aparcamiento libre, nuestro vehículo podría conectar con el centro de datos del parking, para que este le indicara la situación de una plaza libre.
Según Mercedes un vehículo estacionado, por ejemplo, podría indicar a los niños qué camino es seguro para cruzar una calle o, si se pierden, incluso indicar la dirección correcta.
Circulando por ciudad los vehículos serían una fuente de información para los transeúntes, con pantallas gigantes en los laterales y con información de su ubicación o publicidad. El acceso a un mundo digital sería posible sin necesidad de teléfonos inteligentes y sin importar dónde estés.
Según expertos reunidos por Mercedes-Benz los coches del futuro serán autónomos auto-dirigidos, agentes sociales y con gran información de lo que sucede en su entorno, conectados con otros robots de servicio de nuestra vida cotidiana. Y este tipo de vehículos podrá tener otro enfoque que consistiría en combinar diversos usos sin concesiones, como por ejemplo: usted se ha desplazado hasta su lugar de trabajo, este estaría disponible como vehículo autónomo en servicio de taxi o como coche compartido, generando ingresos adicionales.
La conexión entre un automóvil y una vivienda es la energía; el coche es un acumulador de energía, la casa un proveedor-receptor, por lo tanto ese vínculo podría también utilizarse en un futuro – un vehículo eléctrico sustituiría por ejemplo un sistema de calefacción de una vivienda.
Según Ferrari, dentro de diez años los automóviles funcionarán de forma autónoma «pero habrá quien todavía desee tener la sensación de acelerar y frenar, aprovechando hasta el último metro a la entrada de una curva». Y, cómo no, esto lo digo yo: «El poder maldecir a otro conductor por alguna maniobra»
Escrito por José Antonio – tumecanicoopina.com
Artículos relacionados
¿Te ha gustado este artículo? Aquí tienes algunos similares que pueden interesarte